Sudores nocturnos: por qué aparecen y cuándo hay que preocuparse
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Sudar por la noche cuando hace calor o de forma puntual es normal pero si esta situación se alarga en el tiempo y el sudor tiene unas características determinadas es importante consultar con un especialista para descartar problemas de salud que, en ocasiones, pueden ser graves. Te lo contamos.
Actualizado a: Martes, 15 Julio, 2025 10:42:39 CEST
Los sudores nocturnos, sobre todo en verano o cuando hace mucho calor, suelen ser normales pero si se alargan en el tiempo pueden ser un signo de que algo no va bien. Como explica a CuídatePlus Ana Belén Luengo Galván, coordinadora de urgencias de Vithas Sevilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y en Medicina del Deporte, “la sudoración es un mecanismo de termorregulación que nuestro cerebro activa cuando necesitamos disminuir la temperatura corporal y llamamos sudoraciones nocturnas o hiperhidrosis nocturna a los episodios frecuentes de sudoración excesiva mientras se duerme, despertándose con las sábanas y la ropa de cama empapadas”.
Como señala la experta, estos “suelen ser más frecuentes en las mujeres que en los hombres, aunque también puede observarse en hombres y esto es así durante la menopausia y en el síndrome premenopáusico”.
La causa más frecuente de los sudores nocturnos y “fácilmente solucionable es la excesiva temperatura en la habitación o que la manta o edredón sean demasiado pesados”. Es importante saber que, aunque nos guste al principio, tener una temperatura demasiado alta para dormir no es saludable y no nos ayuda a dormir. Según los expertos en sueño, la temperatura ambiente ideal para dormir se sitúa entre los 18°C y los 22°C.
Otras causas comunes de padecer sudoración nocturna pueden ser:
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Una fiebre por una infección
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El estrés
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Endocrinopatías como el hipertiroidismo o la diabetes
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La menopausia
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La apnea obstructiva del sueño
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El consumo de medicamentos
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El consumo de alcohol
Cuándo debemos preocuparnos
Si los sudores nocturnos se alargan en el tiempo y no sabemos la causa, hay que estar alerta. Según Luengo, “nos deberían preocupar los sudores nocturnos cuando se trata de un hecho no puntual sino repetido y, sobre todo, si se acompañan de otros síntomas como pérdida de peso no planificada, pérdida de apetito, cansancio extremo mantenido, diarrea, dolor o fiebre”.
Y es que, además de las causas antes mencionadas, y aunque no es la causa más frecuente de sudor nocturno, “algunos tipos de cáncer hematológicos (como la leucemia o el mieloma múltiple) y el tratamiento para ellos puede causar hiperhidrosis nocturna”.
En este caso concreto y para alertarnos, informa que esa sudoración nocturna debería ir acompañada de otros síntomas como:
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Pérdida de peso no planificada
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Pérdida de apetito
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Cansancio extremo mantenido
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Dolor óseo
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Hemorragias
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Hematomas
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Ganglios linfáticos inflamados.
Ante estos síntomas o “cuando se sospecha un síndrome de apnea del sueño, habría que acudir a urgencias para realizar las pruebas necesarias”. En todo caso, habrá que “comenzar por una adecuada entrevista clínica y una exploración y en función de la exploración y la entrevista, el facultativo decidirá qué tipo de pruebas complementarias deberá solicitar, si proceden”.
Cómo evitar la sudoración nocturna
Dicho esto, si el paciente está bien, no tiene otros síntomas graves asociados y no tiene enfermedades que sean la causa de estos sudores ¿qué consejos se pueden dar para evitar los sudores nocturnos? Según la especialista es clave “mejorar la circulación del aire en la habitación, evitar utilizar demasiadas capas o capas muy pesadas en la ropa de cama, usar ropa holgada y transpirable para dormir, evitar cenas copiosas, intentar mantener un peso saludable y evitar hacer ejercicio cerca de la hora de acostarse”.
En ocasiones, hay personas que deciden quitarse la ropa para dormir pero esto “a veces puede dificultar la transpiración y hacer que el sudor, en lugar de evaporarse para enfriar, se quede atrapado en la piel, reteniendo el calor y aumentando el malestar”.
Por eso es mejor “vestirse con ropa de dormir ligera y transpirable puede ayudar al cuerpo a gestionar el calor de forma más eficaz”.