El error que cometes cuando haces una tortilla (y que te puede costar la salud)
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La cáscara del huevo puede contener la bacteria que causa salmonelosis, una tipo de intoxicación alimentaria frecuente. Por ello, a la hora de preparar platos como la tortilla, hay que tener en cuenta algunos consejos
Actualizado a: Lunes, 14 Julio, 2025 11:05:12 CEST
Nada más sencillo de hacer que una tortilla francesa. Sin embargo, incluso en recetas tan fáciles de preparar podemos equivocarnos desde el primer paso. Y no nos referimos a que nos salga un revuelto en lugar de una tortilla o a que a esta le falte sal, sino a que suframos una intoxicación alimentaria simplemente por cascar el huevo donde no se debe.
El primer punto para la elaboración de este plato es coger un par de huevos y un bol. Cascar los primeros en el borde del segundo es lo siguiente que la mayoría de las personas haría. Pues no, error. Los expertos recuerdan que la cáscara de este alimento puede contener Salmonella, una bacteria causante de la salmonelosis, un tipo de intoxicación alimentaria muy habitual, especialmente en verano (la temperatura óptima para su crecimiento oscila entre los 35 y 37ºC).
De acuerdo con los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Carlos III, todas las comunidades excepto Cantabria registraron un total de 394 brotes de esta infección en 2023, con un total de 2.841 casos. De ellos, 344 fueron hospitalizados y cuatro fallecieron. Eso sí, en la mayoría de los casos la enfermedad cursa sin gravedad, con un cuadro típico de náuseas, vómitos, diarrea, dolor y calambres abdominales y, en algunas ocasiones, fiebre.
Volviendo al punto de la cáscara del huevo, si este se casca en el mismo recipiente donde luego se va a batir, se corre el riesgo de que algún resto de cáscara con el agente patógeno quede en el borde y caiga en el mismo bol. Por ello, las autoridades sanitarias recomiendan romper este alimento en otro recipiente diferente para evitar la contaminación cruzada.
Además, desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), señalan que tampoco se deben lavar los huevos, pues “puede ayudar a la transferencia de la Salmonella del exterior de la cáscara al interior del huevo”. Por otra parte, continúan, en caso de elaborar alimentos con huevo crudo, como la mayonesa, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Prepararse con la menor antelación posible.
- Mantenerse en refrigeración en todo momento.
- Desechar lo que no se consuma en el día.
- Los huevos fritos o las tortillas poco cuajadas deben comerse inmediatamente tras su elaboración.
Otros consejos para evitar intoxicaciones alimentarias
Ana Isabel Sánchez Marcos, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recuerda la importancia de tener en cuenta las “Reglas de Oro” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para asegurar una adecuada manipulación y conservación de los alimentos. Entre estas recomendaciones, se encuentran consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente. Según la experta, “no hay que tomar leche cruda sin tratamiento térmico previo. Las carnes, el pescado y los productos de repostería deben estar refrigerados o congelados”.
Por otra parte, “en los establecimientos de restauración es obligatorio el empleo de ovoproductos en la elaboración de platos con huevo crudo como mayonesas, salsas, cremas, etc. Si se preparan estos alimentos en casa, hay que consumirlos inmediatamente o conservarlos en frío y desechar las sobras”.
Sánchez Marcos resalta también la importancia de calentar suficientemente los alimentos cocinados, así como evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados. “Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.). El trapo de cocina o la bayeta pueden ser un vehículo de contaminación por lo que es preferible emplear papel de cocina”, explica.
Otras de las precauciones a adoptar es una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada de todas las superficies de la cocina, así como mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía. Por último, la especialista subraya que solo hay que utilizar agua potable y descartar ingerir alimentos perecederos expuestos a temperatura ambiente.